El Congreso de Estados Unidos retoma sus actividades después de las vacaciones de verano, enfrentándose a la urgencia de evitar un cierre del gobierno. La principal prioridad es aprobar una medida de financiación a corto plazo para mantener el funcionamiento de las oficinas gubernamentales.
Al mismo tiempo, se debate la posibilidad de una investigación de juicio político contra el presidente Joe Biden por parte de los republicanos de la Cámara de Representantes. El tiempo apremia, ya que solo quedan 11 días de sesiones antes de que finalice el año fiscal del gobierno el 30 de septiembre, y la resistencia dentro del propio partido republicano complica el acuerdo.
La salud de importantes líderes republicanos, como el senador Mitch McConnell y el representante Steve Scalise, se suma a la incertidumbre.
El presidente y los líderes del Congreso buscan aprobar una resolución continua de financiamiento a corto plazo para evitar paros gubernamentales mientras se trabaja en un presupuesto más extenso, aunque enfrentan la oposición de conservadores republicanos que abogan por un cierre del gobierno. La situación se presenta como un desafío considerable en un Congreso dividido.
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