El huracán Idalia, ahora degradado a tormenta, ha dejado una estela de destrucción en el noroeste de Florida, provocando inundaciones históricas, el cierre de carreteras y daños en viviendas. Con vientos de 125 millas por hora, es el huracán más poderoso en impactar en la región de Big Bend en los últimos 125 años.
A pesar de su disminución de intensidad, las fuertes lluvias y marejadas ciclónicas han causado estragos, con al menos dos víctimas mortales en accidentes de tránsito relacionados con las condiciones climáticas extremas.
Cedar Key, al norte de la Bahía de Tampa, experimentó una marejada ciclónica que elevó el mar a niveles alarmantes, superando incluso registros previos establecidos por el huracán Hermine en 2016.
Más de 250,000 hogares se encuentran actualmente sin energía eléctrica en Florida debido a los daños causados por la tormenta.
Las autoridades en St. Petersburg llevaron a cabo operaciones de rescate en bote para salvar a unas 75 personas, mientras que partes de la ciudad enfrentan inundaciones de hasta 1.2 metros, lo que ha obligado a residentes a utilizar canoas y kayaks para moverse por las calles inundadas.
La situación en Florida continúa siendo crítica, con un alto número de viviendas afectadas, carreteras bloqueadas y un significativo apagón eléctrico, mientras que las autoridades evalúan los daños y se preparan para hacer frente a los desafíos que presenta la recuperación.
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