Decenas de miles de personas han quedado atrapadas por tercer día consecutivo en el desierto de Nevada durante el festival Burning Man debido a fuertes lluvias que convirtieron el terreno en un barro espeso e impracticable.
Las carreteras de entrada y salida se cerraron, y los asistentes recibieron órdenes de conservar alimentos y agua. Aunque se esperaba que el festival concluyera el lunes, la reapertura de las carreteras sigue siendo incierta hasta que mejoren las condiciones climáticas.
El mal tiempo también ha llevado al aplazamiento de la quema tradicional del hombre, y aproximadamente 72,000 personas aún permanecen en el lugar.
Las fuertes lluvias, equivalentes a dos o tres meses de precipitación en 24 horas, han convertido el terreno desértico en un lodo espeso, obligando a algunos asistentes a caminar varios kilómetros para salir.
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