El 1 de julio entró en vigor una nueva ley que crea una exención para los pequeños vendedores calificados de Idaho, quienes no tendrán que cobrar impuestos sobre las ventas que realicen en Idaho.
La ley de Idaho define a un “pequeño vendedor” como un residente de Idaho que opera como individuo o empresa unipersonal, cuyas ventas brutas acumuladas no superan los $5,000 en el año calendario actual ni en el anterior. El límite de $5,000 incluye las ventas realizadas dentro del estado, fuera del estado o a través de un facilitador de mercado.
Los pequeños vendedores que califiquen no tendrán que obtener un permiso ni cobrar impuestos sobre las ventas en sus ventas en Idaho.
Las ventas de ciertos artículos, como vehículos, alojamiento, alcohol y entradas, están excluidas de esta exención.
Los pequeños vendedores que cumplen los requisitos aún tienen ciertas obligaciones. Deben cumplir con lo siguiente: Pagar el impuesto sobre las ventas de todo lo que compran, comenzar a registrar sus ventas si ganan más de $3,000 al año, registrarse en la Comisión Estatal de Impuestos de Idaho cuando participan en un evento patrocinado por un promotor y declarar sus ingresos en su declaración de impuestos.
Los pequeños vendedores que superen los $5,000 en ventas brutas durante el año calendario actual o el anterior, o que ya no cumplan con otros requisitos, deben obtener un permiso de vendedor dentro de los 30 días y comenzar inmediatamente a recaudar y enviar los impuestos sobre las ventas y uso de Idaho.
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