Trump desvela 240.000 páginas de la vigilancia ilegal que hizo el FBI a Martin Luther King

A falta de los papeles de Epstein, pues los de Martin Luther King.

La administración Trump no está dispuesta a desvelar los supuestos secretos que el FBI acumula sobre Jeffrey Epstein, viejo amigo del presidente y depredador sexual que se suicidó en una celda de Nueva York en el 2019, a la espera de juicio. Sin embargo, el gobierno sí anunció este lunes que había sacado a la luz documentos de la vigilancia a la que King fue sometido por la agencia federal de policía, a pesar de la oposición de la familia del líder de los derechos civiles y premio Nobel de la paz, así como de las organización vinculada a su lucha.

La publicación supone permitir el acceso a más de 240.000 páginas que han estado bajo secreto impuesto por decisión judicial desde 1977, cuando por primera vez el FBI recopiló todo el material y lo entregó a los Archivos Nacionales.

En este material se incluyen notas sobre las pistas seguidas por los investigadores, entrevistas con personas que estuvieron relacionadas con el asesino, James Earl Ray, y otros detalles de la interacción con servicios de inteligencia extranjeros durante la persecución de Ray, remarcód Tulsi Gabbard, directora nacional de Inteligencia, que ha supervisado los documentos.

Sus dos hijos vivos, Martin III, de 67 años y Bernice de 62, tuvieron conocimiento por adelantado de esta decisión y sus equipos de asesores revisaron la documentación.

En un comunicado emitido este mismo lunes calificaron el asesinato de su padre “una curiosidad pública cautivadora por décadas”, pero remarcaron la naturaleza personal del asunto y apelaron a que se vea este material en un contexto histórico completo.

Su aviso se dirige a las más que documentadas indiscreciones sexuales de su padre, conocidas por el espionaje que le hizo el FBI. Expresa además la preocupación de que esto alimente el revisionismo negativo, que suponga desprestigiar a un hombre que luchó contra el racismo sistémico y una defensa federal de las minorías en un momento en el que el presidente de Estados Unidos se ha movido para eliminar esos beneficios.

“Como hijos del doctor King y de Coretta Scott King, su trágica muerte siempre ha significado un intenso dolor personal, una devastadora pérdida para su esposa, hijos y nietos que él nunca conoció, una ausencia familiar que ha perdurado por mas de 57 años”, indicaron.

“Rogamos a los que participen de la divulgación de esto archivos que lo hagan con empatía, restricción y respeto con el continuo dolor familiar”, prosiguieron.

Bernice King tenía cinco años cuando murió su padre, mientras que Martin III había cumplido los diez.

El presidente Trump prometió en la campaña electoral que divulgaría los archivos relacionados con el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963.  Una vez que llegó a la Casa Blanca, hace seis meses, firmó una orden ejecutiva para desclasificar documentos sobre el magnicidio del presidente Kennedy, pero también los de su hermano Robert y los de King, ambos asesinados en 1968.

A pesar de que la orden remite a enero, no parece casual que la desclasificación pretenda que surjan otras noticias alternativas al caso Epstein, que está provocando una grave división interna en el movimiento MAGA después de que la fiscal general Pam Bondi afirmara que no existe la supuesta lista de clientes del pedófilo y ratificara el suicidio como causa de su defunción.

El presidente ordenó el pasado viernes que sean divulgados documentos del gran jurado contra Epstein, pero esto tiene escaso recorrido documental y, además, todo depende de que el tribunal acepte su desclasificación, cosa compleja.

Los documentos de King estaba previsto que se desclasificaran en el 2027, pero el Departamento de Justicia requirió a un juez federal que levantara ese veto antes de su expiración.

Los estudiosos tratarán de encontrar nueva información sobre el asesinato, el 4 de abril de 1968, en Memphis (Tennesse). La Conferencia de Liderazgo Cristiano del Sur, que King fundó en 1957, también se opuso a que salgan a la luz los documentos. Esta organización, junto a los hijos, argumentaron que el FBI vigiló ilegalmente a King y otros líderes del colectivo que luchaban por os derechos civiles. Hicieron escuchas en las oficinas y pincharon teléfonos con el único objetivo de desacreditar al movimiento y, sobre todo, a su líder.

Es más que conocido que J.Edgar Hoover, primer director del FBI, tenía una obsesión con destruir a King y a otros a los que consideraba unos radicales. Otros documentos desvelados anteriormente demostraron esas tácticas de vigilancia, que se desarrollaron incluso en habitaciones de hoteles.

“Fue objeto de una campaña de desinformación y vigilancia masiva, depredadora y profundamente perturbadora orquestada por J. Edgar Hoover”, recordaron los hijos de King en su comunicado.

“El intento de la campaña del gobierno no consistió solo en controlar, sino en desacreditar, desmantelar y destruir la reputación de King y del amplio movimiento por los derechos civiles”, insistieron.

“Estas acciones no solo invadieron su privacidad, fueron asaltos intencionados, socavando la dignidad y la libertad de ciudadanos privados que lucharon por la justicia y la dignidad”. Según su versión, todo esto “se diseñó para neutralizar a aquellos que se atrevieron a desafíar al status quo”.

La obsesión de Hoover aumentó incluso después de que el presidente Johnson promulgó en 1964 la ley de derechos civiles y la del derecho al voto, en 1965. Tras estos éxitos, King se centró más en la economía social y en la paz internacional, lo que le llevó a una gran actividad contra la guerra de Vietnam.

Cuando le asesinaron, King se hallaba en Memphis para solidarizarse con los trabajadores de recogida de basuras, que estaban en huelga.

Ray se declaró culpable del asesinato, pero luego renunció a esa declaración y mantuvo su inocencia hasta que murió en 1998.

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